martes, 20 de septiembre de 2011

DE LOS UNIFORMES, ¿QUÉ BUSCAMOS CON ELLOS: MIMETISMO, CAMUFLAJE O INVISIBILIDAD? (GDM)


Tiempo de Lectura: 4 min.


Muchos hemos tenido alguna vez la impresión de que los trajes de camuflaje (o camuflados) sirven para mimetizarnos con el entorno, en incluso hacernos invisibles. Algunas veces nos critican porque usamos un parche rojo o azul en la manga que “se ve a 1000 metros”. Yo me pregunto: ¿será que si tenemos realmente claro lo que se busca con el camuflaje? ¿Será que conocemos la diferencia entre mimetismo, camuflaje e invisibilidad? 

Por: Javier A Miranda

Tengo un par de ideas que quiero compartir con ustedes, y como a algunos les he comentado: “no crean que van a encontrar un árbol con un parche rojo, y exclamar: ¡hey, eso debe ser un contrincante, no un árbol!”. De tal manera que vamos parte por parte.

La historia de los uniformes militares.
Como ya nos quedó claro, al principio de las guerras, los uniformes debían ser coloridos. Hay toda una explicación científica para ello, pero voy a tratar de resumirla: durante las primeras-primeras guerras, los colores identificaban a los bandos, por consiguiente, ayudaba a la cohesión de las fuerzas lo que generaba miedo entre los enemigos.  Pero también existía la parte del "encanto", algo que aún se mantiene vigente hoy en día: entre más bonitos los uniformes, más mujeres se sentían atraídas por los militares, y claro, más reclutas se enlistaban y todo eso engrosaba los ejércitos. También cumplía la función de identificar muy fácilmente a los desertores en los campos de batalla.

Todo esto sirvió para dichos propósitos desde las legiones romanas (siglo I antes de la Era Común) hasta el principio de las guerras "modernas" con fusiles de fisto y pólvora negra (siglo XVII E.C.).  Por otro lado, debemos saber que la pólvora negra produce una gran cantidad de humo, lo que convierte un campo de batalla en el que se usan armas de pólvora negra, en una gran nube gris. El propósito de los colores de los uniformes, permitía saber quién era quién; así que, entre las nubes de humo, los uniformes coloridos funcionan como señales de identificación de las tropas. Con eso llega una razón más: evitar bajas amigas.

Luego de un par de siglos sin guerras relevantes, los ingleses en su proceso de colonización se enfrascaron en cuanta guerra pudieron, y ahí empiezan los primeros vestigios de mimetismo. En la guerra de Independencia norteamericana los ingleses empezaron a utilizar ropa de Ante; en las guerras de Afganistan (siglo XIX) utilizaron ropas color caqui (que significa significa “polvo” en idioma Urdú) y en las Guerras de los Boers en Sudáfrica (finales del siglo XIX) cuando tinturaron sus prendas blancas con hojas de té y utilizaron ramas en los cascos.

Dato curioso: de este último conflicto nacen una serie de regimientos o escuadras móviles de infantería, que eran toda una novedad para la época en donde las batallas se paleaban aun "en filas por oleada".  A esas fuerzas pequeñas, móviles y compactas, las tribus Xhosa, Zulues y Boers de Suráfrica y Namibia llamaron “Kommandos”.

Pasando la página: llega la pólvora sin humo.
Por allá en 1885 el ingeniero francés Vieille se inventa la pólvora sin humo, así que los campos de batalla serían transparentes, y hasta ahí llegó el concepto de vestir colores brillantes para ser visto y diferenciado, así que tener soldados perfectamente visibles ya no era una necesidad: la necesidad era exactamente todo lo contrario. Al finales del siglo XIX y  principios de XX toma mayor importancia la guerra de guerrillas, en las que los tiradores, se funden con el paisaje, toman ventaja a los ejércitos que aún maniobran en bloques pesados y bien visibles.  Esto también cambia las tácticas empleadas, los movimientos y las fortificaciones de campaña... lo demás lo tenemos relativamente claro.

La modernidad.
Hoy día los ejércitos de todo el mundo están equipados con uniformes de camuflaje. Pero la pregunta sigue siendo la misma: ¿sirven realmente los uniformes para hacer que el soldado se vuelva invisible a ojos del adversario?

Para responder esa pregunta, debemos entender que el fin del camuflaje es romper las formas, confundir al combatiente con el entorno, con los colores de la vegetación, de la tierra, del ambiente, etc.  Una cosa que siguió sin cambio desde la era de los romanos: los uniformes (como su nombre lo indica) siguen sirviendo para poder reconocer quién es quién en el campo de batalla, si es amigo o enemigo. Es por esto que hoy por hoy, y con toda la modernidad que rodea un campo de batalla, los camuflados de los grupos combatientes son diferentes, porque podrían producirse graves errores en el campo de batalla.

Pero vamos al punto: Mimetismo o Camuflaje?
La intención es la misma, aunque el propósito es otro. Empecemos con lo que buscamos con el camuflaje: y es evitar la disrupción. Pero, qué es la disrupción? La disrupción no es nada diferente a todo eso que “resalta” sobre todo lo demás, es la interrupción brusca de lo que esperamos seguir viendo, oliendo u oyendo. Es la pausa en la lectura, el silencio en la estación radial, es la pérdida de señal en la televisión. Eso es una disrupción. Otro ejemplo de disrupción es cuando vemos a alguien con los dientes extremadamente blancos o los labios extrañamente gruesos. Nuestro cerebro entiende que "algo no está bien" y de inmediato nos preguntamos "que tiene de raro". Eso es una disrupción.

En la naturaleza no hay nada redondo, entonces una forma redonda es algo "que no está bien”, y como el ser humano tiene predeterminación a distinguir formas antropoformas o con pareidolia (es decir que vemos formas o caras humanas en objetos) y es por esto que creemos identificar imágenes de vírgenes en los sánduches, caras humanas en el planeta Marte, Jesúses crucificados en humedades, etc). Entonces esa sombra redonda, esa forma particular de moverse o ese movimiento que encuentro familiar, es de manera inevitable otro ser humano.

Por otro lado, el mimetismo es la habilidad que tienen unos seres en parecer o parecerse a otros seres con el propósito de obtener algún tipo de ventaja a partir del engaño de los sentidos. Ejemplo de esto es la serpiente "falsa coral" que parece una coral, pero no lo es. De hecho no es siquiera venenosa; pero a menos que uno estudie serpientes, no se va a quedar para averiguarlo: eso es mimetismo. Otros ejemplos son las mariposas que parecen hojas secas o los insectos que parecen palitos. 

Entonces y en resumen: el objeto del camuflaje es que el ser vivo se asemeje al propio entorno donde vive evitando que su figura contraste contra el entorno.  El mimetismo consiste en que un ser vivo se asemeja a otros seres vivos dentro de su entorno. Con esto podemos concluir que una consecuencia del mimetismo puede ser el camuflaje, pero no al revés, y claramente no deben confundirse ambos conceptos; en el mimetismo un animal se asemeja a los otros animales, y en el camuflaje un animal se asemeja al ambiente. 

Entonces a la pregunta sobre ¿cómo contrarrestamos la disrupción?, y según lo que hemos visto, la respuesta es clara: mediante el camuflaje.

Camuflaje no es invisibilidad.
La primera conclusión que hacemos es que el ser humano, no importa el ambiente en el que esté, siempre generará una disrupción en su entorno; no tenemos pelo, somos largos, altos, de facciones redondas, brillantes y caminamos en dos patas. Estamos llevados del ***as en la naturaleza. Como cosa curiosa ningún otro animal sobre la tierra es tan disruptivo como el ser humano, porque hasta las jirafas son opacas y con manchas, los hipopótamos son color ocre y los elefantes grisees. Es por esto que siempre los depredadores nos verán, oirán y olerán primero que nosotros a ellos, y la probabilidad de que los “tomemos por sorpresa” es muy baja, a menos que claro, estemos camuflados.

Otro dato curioso: Los uniformes de camuflaje de colores caqui o tierra están limitados a las fuerzas militares; las fuerzas policiales no tienen acceso a esos patrones; pero usan colores oscuros contrastados con colores muy brillantes, y en la naturaleza los colores oscuros contrastados con colores brillantes significan "peligro", y se llama "Coloración de Advertencia".

Es por eso que estar camuflados no significa que somos invisibles; no obstante toda regla tiene su excepción, y en este caso es el Traje Ghillie, que no es más que el traje que está en la mitad entre camuflaje y mimetismo, porque no se parece a los animales vivos del entorno, sino a la vegetación del entorno. La razón para esto es que el traje Ghillie proporciona una ruptura de la disrupción en tres dimensiones en lugar de una disrupción lineal, que es lo que hacen los camuflados tradicionales.

Los patrones de camuflaje se han seguido desarrollando. Se toma muy en cuenta el teatro de operaciones (selvas, desiertos, nieve, etc.) y la comodidad del personal que los utiliza. El ejército canadiense ha estado utilizando, el diseño digital que se ha extendido por todo el mundo, y que en lugar de manchas emplea píxeles con diferente gradación de colores; pero aunque la variación de colores en diferente, la forma de las manchas es la misma del Woodland M81.

Investigaciones recientes han llevado a nuevas formas de romper con la disrupción, y es por esto que se han presentado al mercado variaciones de camuflados en las formas “MultiCam” y “A-Tacs”.  Muchos de los patrones de camuflaje digitales modernos tienen defectos. Los píxeles cuadrados para crear el efecto de distorsión no replican tan exactamente las formas y las sombras del entorno en el que se despliegan, sobre todo cuando se ve a través de medios ópticos. Los ángulos de noventa grados y el uso limitado de colores naturales pueden en muchos casos, hacer la detección del combatiente más fácil.

Por supuesto, Colombia también tiene su cuota de desastre: el primer camuflado pixelado de la Infantería de Marina. Era un camuflado, no de pixeles, sino de rectángulos en los que predominaban los colores macarrón, enebro y azúcar morena con algunos (pocos) pigmentos en sol de toscana, verde albahaca y mostaza. El resultado, cada combatiente era una linterna ambulante en nuestras selvas. Gracias a Dios fue corregido, y parece que esta vez no fue un decorador de interiores el que hizo el nuevo diseño de camuflado para la Infantería, que resulta bastante disruptivo por cierto.

No quedándose atrás, el ejército colombiano reemplazó su camuflado Patriota, que tenia elementos disruptores en patrón de pixeles (cuadrados), por uno denominado "Bicentenario" que presenta elementos disruptores en patrón octagonal. Es decir, reemplazaron los cuadritos de color (pixeles) con octágonos, y al mismo tiempo aumentaron los colores base de verde y café, y disminuyendo los colores tierra y caqui. Eso funciona perfectamente bien en nuestras selvas tropicales húmedas, en las que no se si han notado, predominan el negro y el verde oscuro; contrastado contra los bosques del norte o del sur, en el que predominan el verde claro y el café.

y en resumen?
En resumen, camuflaje no es invisibilidad. La idea del camuflaje es romper la disrupción en el medio ambiente que nos rodea, y no crear un combatiente invisible (que sería perfecto). Es por eso que el parche rojo o azul no puede generar mayor ruido visual (así se llama la disrupción) que el combatiente mismo, porque la disrupción que proporciona un ser humano no tiene nada que ver con un cuadrito azul, rojo o amarillo de 7 cm; tiene que ser exactamente con la forma que tiene el ser humano y la manera en la que se mueve y desplaza. Es claro que si la ruptura de la disrupción se hace correctamente, entonces ese parche rojo o azul también pasará desapercibido para otros seres humamos. 

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Este artículo fue amablemente citado por la revisa "Global Defense": [https://globaldefense.com.mx/2580-2/] Página 46
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