Un blog de uno que no es blogero. Irresponsable opinador literario que solo analiza y escribe lo que piensa de la manera que considera es la correcta... Claro, al final de cuentas, hacer lo correcto es fácil, lo difícil es saber que es lo correcto!
martes, 10 de diciembre de 2024
¿POR QUÉ H&K COMENZÓ A FABRICAR FUSILES TIPO M4 / M16? (GDM)
viernes, 9 de agosto de 2024
UN GIGANTE PEREZOSO QUE ARRASTRA A COLOMBIA HACIA EL PASADO
La más reciente intención de compra de las fuerzas militares colombianas ha dejado en claro que Indumil no está a la altura de las expectativas. La demanda de fusiles basados en la plataforma M4, con especificaciones precisas que reflejan los estándares globales actuales, ha dejado a la estatal colombiana fuera del juego. Las diferencias no son menores; son abismales. Mientras el mercado mundial se adapta a las necesidades de los combatientes modernos, Indumil sigue produciendo armamento que, aunque alguna vez fue de calidad, ahora parece una reliquia de otro tiempo solo apto para coleccionistas y entusiastas.
El Proyecto del Fusil Colombiano: Un Sueño Atrapado en el Papel
A esta lista de carencias se suma un hecho aún más frustrante: el proyecto de un fusil colombiano, que ha estado en desarrollo durante años, sigue siendo poco más que un sueño en el papel. Este proyecto, como muchas otras iniciativas prometedoras de Indumil, ha quedado atrapado (como muchos otros proyectos) en un limbo de planeación interminable y de una carente y absoluta falta de ejecución. La estatal ha mostrado, en múltiples ocasiones, su capacidad para conceptualizar armas que podrían satisfacer las necesidades de nuestras fuerzas armadas, pero la realidad es que estas ideas nunca se materializan en productos tangibles. Esta parálisis no solo frustra las expectativas de modernización, sino que también perpetúa la dependencia de equipos extranjeros.
La Desconexión con el Mercado Global
La triste realidad es que los productos de Indumil, aunque alguna vez considerados como muy buenos, han quedado obsoletos. Con un retraso tecnológico que se acerca a los 50 años, la industria armamentista colombiana ha perdido relevancia, no solo en el contexto internacional, sino incluso dentro de su propio país. La falta de innovación, de adaptación a las tendencias globales y de alineación con las exigencias de las fuerzas militares ha convertido a los productos nacionales en elementos cada vez menos apetecidos.
La Plataforma M4 y el Estancamiento Nacional
Mientras tanto, la plataforma M4, originalmente diseñada por la empresa estadounidense Colt, ha sido adoptada y mejorada por múltiples fabricantes en todo el mundo. Desde Remington y SIG Sauer en Estados Unidos, hasta Taurus en Brasil y FN Herstal en Bélgica, la M4 se ha consolidado como el estándar en armamento de infantería. Incluso Norinco, la gigante armamentista china, y otros fabricantes en países como Malasia y Turquía han desarrollado sus propias versiones del M4.
La Industria Nacional y la Competencia Global: Un Retiro Forzoso
Indumil está en una situación crítica que requiere acción inmediata. La industria necesita una transformación profunda que la haga relevante nuevamente, no solo para las fuerzas armadas colombianas, sino también en el mercado global. La clave para esta transformación radica en la innovación, la adopción de nuevas tecnologías y la alineación con las demandas del mercado. Sin embargo, el tiempo se está acabando, y si Indumil no actúa pronto, corre el riesgo de quedar relegada al olvido, dejando a Colombia sin una industria militar capaz de defender sus intereses en un mundo cada vez más incierto y peligroso.
jueves, 20 de junio de 2024
¿POR QUÉ ES MEJOR UNA PISTOLA QUE UN REVOLVER?
Por: Javier A Miranda.
¿Por qué no tener un revolver? Bueno, primero es lo primero: la manera en como se ven. Son estéticos, bien formados, curvas y rectos, perfectamente combinados, los revólveres demasiado hermosos. Ahora bien, teniendo eso en mente, todos sabemos que uno nunca debe coquetear con la mujer más bonita, porque esa la más difícil, la que todos quieren y la que te van a querer quitar. Además, seamos honestos, la mayoría de las bonitas tienen mala personalidad o se creen divas.
viernes, 3 de mayo de 2024
EL GALIL COLOMBIANO: ¿DE LA GLORIA A LA DEPENDENCIA?
En la tumultuosa historia de la industria armamentística, la búsqueda constante de la combinación perfecta entre precisión, confiabilidad y facilidad de mantenimiento ha sido una constante. El caso del fusil Galil en Colombia es un ejemplo emblemático de esta evolución.
Por: Javier A Miranda.
Un poquito de la historia que tanto nos gusta
En la década de 1960, Israel se encontraba en la búsqueda de un arma que pudiera combinar la precisión del M-16 y del FN-FAL con la resistencia y fiabilidad del AK-47. La guerra del 67 demostró la necesidad de un fusil más liviano, resistente al polvo y con capacidad para el cartucho 5,56 x 45 mm. Es en este contexto que nace en 1970 el Galil AR, diseñado por Ysrael Galil, integrando lo mejor de varios diseños internacionales.
El Galil empieza a recorrer los campos colombianos
Después de la «descertificación» (1) de Alemania y por ende, el cese de ventas y repuestos del fusil H&K G-3 de nuestro Ejército; por allá, en 1990, Colombia abre una licitación para reemplazar los fusiles de sus fuerzas militares y finalmente unificar sus equipos. A pesar de la competencia de renombradas compañías internacionales, como Colt, Heckler & Koch y FN Herstal, es el Galil AR de Israel Military Industries (IMI, hoy IWI) el que se alza como ganador.
Indumil, el Galil y el presidente Petro
Actualmente, Colombia manufactura localmente todas las partes de ambos fusiles (el AR y el ACE) con excepción del cañón, que sigue siendo importado desde Israel; así como el tritio para las miras. Aunque en Estados Unidos existen excelentes facilidades para la fabricación de cañones para fusil Galil, la estatal colombiana parece que no tiene las habilidades suficientes para realizar una negociación que no sea realizada en español.
Alternativas al Galil para Colombia (y mucha más especulación)
Con una simple comunicación desde Israel, se podría detener de inmediato la producción del Galil en Colombia, al menos en sus variantes más recientes, como el ACE. Con más de 50 años desde su creación, las patentes del Galil AR deberían haber entrado en el dominio público hace al menos 25 años, aunque los abogados de Indumil no hayan tenido la capacidad de profundizar en este tema.
Ahora falta hablar del arma que la va a disparar.
Para reemplazar el Galil sin necesidad de invertir mucho en el reentrenamiento de las tropas, el fusil de reemplazo debe tener el mismo calibre, las mismas prestaciones y ser funcionalmente similar al Galil colombiano. Esto nos deja con pocas alternativas y realmente muy limitadas (además de la lógica los Galil clásicos en versiones AR, SAR y MAR y/o los Córdova), pero curiosamente todas al alcance de la mano.
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(1) Alemania descertificó a Colombia por violación de derechos humanos y suspendió la venta de armas y repuestos, pero aquí en el país se entendió el calibre 7,62 era el que atentaba contra de los derechos humanos, algo que no era para nada cierto.
(2) Para satisfacer la necesidad inmediata de Colombia, la industria israelí recamaró a los Galil AR para que fueran compatibles con las municiones 7,62, con el objetivo de que Colombia pudiera aprovechar la munición que tenía en las bodegas.
(3) En la versión ACE, el Galil pesa mil gramos menos que el original AR (3,9 kilos). Doce piezas de acero fueron reemplazadas por piezas de plástico y otras 31 rediseñadas para aumentar la precisión.
(4) De las unidades de Galil Córdova SAR (5,56 x 45 mm), en 2019 la estatal colombiana vendió un total 8.000 unidades al gobierno de Guatemala por un costo cercano a los $10 millones de dólares.
(5) MAR -Micro Automatic Rifle (Micro Fusil Automático) con cañón de 216 mm; SAR -Short Automatic Rifle (Fusil Automático Corto) con cañón de 335 mm, AR -Automatic Rifle (Fusil Automático) con cañón de 463 mm.
¿Se verá afectado el fusil Galil por las relaciones Colombia-Israel? (Revista Cambio)
La decisión tomada por el Gobierno del presidente Gustavo Petro podría afectar la producción del fusil insignia de las Fuerzas Militares. Esta es la historia de un arma que ha marcado la industria militar de Colombia.
Por: Javier Patiño C.
La historia del fusil Galil se inició a finales de 1967, durante la guerra de los Seis Días, cuando el ejército israelí advirtió que los fusiles FAL, de origen belga, no cumplían con las necesidades que exigían los combates. El arma era demasiado larga y el mantenimiento muy exigente. Además, era difícil de controlar en modo automático y propensa a atascarse con el polvo y la arena del desierto.
Ante las quejas de los uniformados, el ejército realizó un concurso entre ingenieros en armas, en el cual los finalistas fueron dos rivales: Uziel Gal, quien creó el subfusil Uzi, y Yisrael Galil, quien diseñó un fusil de culata plegable y bayoneta tipo FAL que mezcla el mecanismo del AK-47 ruso y el RK 62 finlandés. El ganador fue el Galil.
“El arma, en su tamaño original, no fue bien recibida entre las fuerzas especiales de Israel, que confiaban más en el AK-47 –que habían ensayado tras quitárselos a sus enemigos en la guerra del Yom Kippur– debido a su fiabilidad”, afirma el coronel en retiro Álvaro Estupiñán.
Con el paso de los años, agrega, el arma fue modernizándose para ser más plegable, con un punto de mira iluminado con tritio, un destapador en la parte inferior del guardamano, un bípode que puede emplearse para cortar alambre y un alcance efectivo de 400 metros.
La llegada del Galil a Colombia
En 1990, las Fuerzas Militares colombianas utilizaban fusiles G3, M-14 y FAL, de calibre 7.62. Estas armas no volvieron al país porque Alemania, el fabricante del H&K G3 (de uso mayoritario), descertificó a Colombia por violaciones a los derechos humanos.
La industria colombiana fabricaba las municiones 7,62 mm, y se quedó con el problema de contar con la munición, pero no con las armas ni los repuestos.
“Alemania descertificó a Colombia por violación de derechos humanos y suspendió la venta de armas y respuestos, pero aquí en el país se entendió el calibre 7,62 era el que atentaba contra de los derechos humanos, algo que no era para nada cierto”, cuenta Javier Miranda, experto en armas.
El caso es que, en 1992, el Ministerio de Defensa, para solucionar el problema, ordenó unificar todas las armas de la fuerza pública (Ejército, Armada, Fuerza Aérea y Policía) y también la munición, de calibre 7,62 a 5,56. Tras esta determinación, realizó una convocatoria entre las empresas de armamento en el mundo, a la invitación se presentaron Colt de Estados Unidos, Stery de Austria, H&K de Alemania; FN Herstal de Bélgica e IMI de Israel (hoy IWI).
“La ganadora fue Israel Military Industries (IMI), que producía los Galil y ofrecía transferencia de tecnología, es decir que dotaba a los uniformados de los nuevos fusiles y, además, le otorgaba a Colombia licencia para fabricar los fusiles, con la gran ventaja de que la empresa israelí compraba lo que sobraba de la producción. Eso no se lo ofreció nadie más, y si bien no fue un factor decisivo, no deja de ser menos importante”, dice Miranda.
Para satisfacer la necesidad inmediata de Colombia, la industria israelí recamaró a los Galil AR para que fueran compatibles con las municiones 7,62, con el objetivo de que Colombia pudiera aprovechar la munición que tenía en las bodegas.
“En 1995 se unificó la producción de fusiles con municiones 5,56, para acoplarse a la normatividad de la industria militar mundial de los países OTAN”, afirma el experto en armas.
Los avances desarrollados por ingenieros colombianos fueron presentados al gobierno israelí, el cual exaltó el trabajo realizado por Indumil, autorizó la fabricación nacional de fusiles Galil AR y se convirtió en el más grande comprador de piezas colombianas Galil desde hace diez años. Por ese mismo momento y con todo el apoyo de la ingeniería colombiana, nació la versión ACE del fusil desarrollado por Israel.
En la versión ACE, el Galil pesa mil gramos menos que el original AR (3,9 kilos). Doce piezas de acero fueron reemplazadas por piezas de plástico y otras 31 rediseñadas para aumentar la precisión.
El coronel Estupiñán dice que la industria colombiana hizo del ACE un fusil más ergonómico, con una culata de seis posiciones, retención en el último cartucho (lo que facilita la recarga) y rieles de especificación militar, lo que facilita la instalación de miras nocturnas con tecnología de punta.
“Es un fusil de asalto adecuado para los tipos de terreno y demás elementos que un militar debe afrontar en suelo colombiano, pues es un arma hecha específicamente para resistir casi cualquier cosa, como su hermana mayor, el Galil AR, que a su vez es hija del AK-47 rusa”, agrega.
En opinión de Javier Miranda, la tecnología colombiana permitió que los cerca de 750.000 uniformados que integran la fuerza pública tengan un armamento de última tecnología, similar a la de países desarrollados como Israel y Estados Unidos, y que al tener una fábrica nacional en Colombia, estemos como país a la altura de cualquiera en la región.
La decisión de Israel
El presidente Gustavo Petro anunció este miércoles 1 de mayo, durante las marchas en conmemoración del Día de los Trabajadores, que desde el 2 de mayo se suspenderían las relaciones diplomáticas con Israel. Esta decisión afecta el apoyo que reciben las Fuerzas Militares colombianas.
La fabricación del fusil Galil, en particular, ha sido un punto crucial en la relación armamentaria entre ambos países. Armamento que le ha dado ingresos importantes a la industria militar por la producción y exportación a varios países en el continente.
Miranda dice que, en principio, esta decisión no afectaría mucho a Indumil. “El único repuesto que estamos comprando de Israel es el cañón, pero eso no quiere decir que la industria militar no esté en capacidad de fabricarlo en un cien por ciento”. Sin embargo, importar armamento y dejar de fabricarlo localmente, afectaría una gran cantidad de empleos en la estatal militar.
Caso diferente sucedería con la línea de fusiles Galil ACE, un arma también fabricada por ingenieros colombianos pero aun bajo autorización de Israel. De acuerdo con Indumil, el Galil ACE, de calibre 5.56, con una cadencia de 700 tiros por minuto, es usado "como arma liviana y personal para combate urbano y rural de alta resistencia y excelente desempeño en extremas condiciones climatológicas".
Para el coronel retirado, cabe la posibilidad de que Israel tome la decisión de quitarle la patente a Indumil para la producción de los Galil, lo que llevaría a la parálisis, afectando la distribución a varias entidades oficiales.
“La pérdida de la patente también se vería reflejada en los negocios que Colombia tiene con otros países, como Perú, Paraguay, Guatemala, Honduras y Panamá, a cuyos ejércitos les vende fusiles Galil producidos en el país. Incluso, con el apoyo de Israel, Colombia los ha comercializado en Egipto, Turquía, República Checa y Argelia”, asegura.
Por su parte, Miranda opina que el objetivo de desalinearse de Israel sería utilizado por el Gobierno Petro para apartarse de la doctrina OTAN y acercarse más a Rusia, Venezuela, China e Irán en búsqueda de nuevos mercados.
“Estos países tienen sus propias líneas de fusiles, los AK-47, AK-101, AK-103, todos calibre 5,56, que podrían ser adquiridos por Colombia. Así que, teóricamente, sería como cambiar de un supermercado para irse a otro. Obviamente, eso tendría unas implicaciones diplomáticas, con multas que pondrían en peligro la pertenencia de Colombia en la OTAN”, concluye el experto en armas.
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