martes, 20 de enero de 2015

Sobre el gato por liebre que nos meten con el proceso de paz

Parece que esta, además de ser la primera entrada del año, será también la más corta:

El mermelador mayor, con otra de sus tantas mentiras (de las mismas de “no habrá más impuestos”, “la gasolina bajará si baja el petróleo”, “ese tal paro no existe” y “en La Habana no hay ningún diálogo”), aseguró que “nada de lo acordado en Cuba será válido a menos que el pueblo lo apruebe”.

PERO... el presunto fiscal ahora dice que lo que se acuerde en La Habana no necesariamente debe ser refrendado por el pueblo.

En resumen:

  • Santos entrega el poder a los terroristas, con curules en el Congreso sin necesidad de elección y acceso inmediato a puestos públicos.
  • No habrá entrega de armas; los terroristas ya dijeron que no las entregan.
  • No pagarán un solo día de cárcel, como lo confirmó el presunto fiscal.
  • Las tierras que los terroristas han robado por 50 años, asesinando a sus legítimos dueños, ahora se llaman “reforma agraria” y ya quedó aprobada en La Habana.
  • Del narcotráfico no se habla en Cuba, mientras el procurador sigue esperando respuesta sobre ese tema y los millones que tienen las FARC.
  • Y como “novedad especial”, solo se necesita que los actuales congresistas (mermelados, vendidos, borrachos y corruptos) aprueben todo esto de un pupitrazo.

Conclusión: Timochico sabe lo que quiere, y el mermelador Santos está dispuesto a dárselo todo.

Cada vez veo que el motoserrador mayor tenía la razón. Y sigo notando cómo los que eligieron al mentiroso permanecen en completo silencio. Al final, una mentira repetida por mil imbéciles se convierte en verdad; Lenin lo tenía claro, y Santos lo sabía al momento de las elecciones.

Nota: Por cierto, ¿será casualidad que algunos congresistas estén comprando casitas en Panamá y Estados Unidos? Parece que estas ratas se están preparando para la hundida de la motonave Colombia.