Tenía toda la negra intención de hacer una
segunda parte sobre las miras, esta vez hablando de las miras para
visión asistida (miras y red-dots) y tales -como dice el Cucho-,
pero me llegó una pequeña epifanía gracias a un comentario de mi
amigo Edwin Ramírez...
Es claro que la la practica de nuestras
disciplinas deportivas de simulación militar están definitivamente
en su mejor momento, muchos entusiasmados, el contrabando nos
mantiene los precios bajos, todas las cositas que necesitamos son
asequibles, tenemos proveedores serios, hay mucha camaradería y cada
vez estamos más organizados... pero con todo gran poder llega una
gran responsabilidad, como le dijo el tío Ben a Peter Parker cuando lo
dejó en la biblioteca...
Somos un grupo de muchachos, sanos, buenos, que
solo quiere pasarla bien el fin de semana y echarse unas pepitas el
domingo. No estamos locos, no acuchillamos a los del equipo
contrario, cuidamos la naturaleza, respetamos el lugar del juego,
somos reconocidos en nuestras profesiones, nuestro mayor delito (tal
vez) ha sido un comparendo de tránsito (o dos), no contamos las vueltas,
pagamos nuestros impuestos, y claramente honramos y respetamos a los
que si se juegan la vida por nosotros... entonces surge la pregunta:
¿por qué nuestra disciplina deportiva tienen tan mala reputación?
En líos nos vemos tratando de responder a la
pregunta “qué es lo que practicas?”, nos ponemos como un tigre
cuando nos dicen “pero eso es muy violento” y nos saca totalmente
de casillas el comentario de “ouy, pero parecen guerrilleros” (de
solo recordarlo, me hierve la sangre). Es por esto que debemos
reconocer que lo que hacemos es de deschavetados, y como siempre los
deschavetados, son personas incomprendidas; luego entonces, nuestra
disciplina deportiva es incomprendida. (::feel like a sir::)
Puede ser por que nuestros juguetes parecen
armas reales, puede ser porque estamos de camuflado en todas las
fotos, y la gente que ve nuestras fotos le tiene miedo a las armas y
a los camuflados y -correctamente- los asocia con guerra y a la
guerra con violencia... pero también puede ser porque no hay
suficientes mujeres practicando nuestras disciplinas deportivas, y eso es lo que nos falta!!!
Ahora, yo me pregunto, qué deporte practicado
por mujeres se torna violento? Lo pienso con detenimiento, y la respuesta
es simple: ninguno!! Y entonces ahí entramos en una espiral de esas
que no tienen fin... nuestra disciplina deportiva se percibe
violenta, porque no tenemos el toque femenino; y no tenemos más
mujeres practicado, porque nuestra disciplina deportiva se percibe
violenta. Ven? Caramba, un circulo vicioso que debemos romper!!
Pero ¿cómo romper un circulo vicioso de tales
características? Bueno, a este humilde servidor se le ocurren dos
ideas: una de ellas sería contratar modelos suecas para que jueguen
con nosotros (con caleñas también funcionaría). Miren las fotos y verán: los registros visuales no
mienten!! No necesitan sino una tanga, un jugetico (DNA/Marcadora...
no sean mal pensados, oiga!), botas y una careta... perfecto!! La otra idea,
igualmente válida, sería invitar a que más mujeres practiquen
nuestra disciplina y con eso de alguna manera lograremos mejorar la
reputación de lo que hacemos.
Un poco más seriamente, entre más mujeres se
acerquen a nuestra disciplina, nuestra fama mejorará. Dejaremos de
ser un grupito de “manes” que juegan a la guerra, y seremos un grupo de personas que realizan actividades de simulación militar
los fines de semana; encontraremos mejores elementos de aseo en los
campos, habrá comidita, mejores chistes, bromas menos pesadas,
recreación visual, incluso el vocabulario se mejorará. En resumen:
invitar a más mujeres jugar no tiene pierde! Todos ganamos …
aunque claro, la idea de destinar un poco del presupuesto de los
equipos para la traía de las suecas, tampoco estaría nada mal!!
Asi que caballeros, la invitación es para invitar mujeres a que practiquen nuestro deporte (valga la redundancia). En el campo de juego ellas son más valiosas que nosotros, en cualquier momento pueden estar guardandonos la espalda mientras nos creemos Rambo, y una cosa es segura, siempre serán un respaldo en el juego. Siempre mantengamos el respeto y la caballerosidad que las damas se merecen; nada de comentarios pasados de tono, nada de miradas de "ya tu sabes", todo el tiempo tratarlas como jugadoras invitadas que son. Recuerden que son algunas niñas que se "arriesgan" a ir donde hay 100+ hombres, y para eso hay que tener bolas!!
Pero eso si, ni crean que se salvan de una
próxima entrega sobre la utilización de los dispositivos de visión
asistida, u miras que llaman!!