Parece que esta, además de ser la primera entrada del año, será también la más corta:
El mermelador mayor, con otra de sus tantas mentiras (de las mismas de “no habrá más impuestos”, “la gasolina bajará si baja el petróleo”, “ese tal paro no existe” y “en La Habana no hay ningún diálogo”), aseguró que “nada de lo acordado en Cuba será válido a menos que el pueblo lo apruebe”.
PERO... el presunto fiscal ahora dice que lo que se acuerde en La Habana no necesariamente debe ser refrendado por el pueblo.
En resumen:
- Santos entrega el poder a los terroristas, con curules en el Congreso sin necesidad de elección y acceso inmediato a puestos públicos.
- No habrá entrega de armas; los terroristas ya dijeron que no las entregan.
- No pagarán un solo día de cárcel, como lo confirmó el presunto fiscal.
- Las tierras que los terroristas han robado por 50 años, asesinando a sus legítimos dueños, ahora se llaman “reforma agraria” y ya quedó aprobada en La Habana.
- Del narcotráfico no se habla en Cuba, mientras el procurador sigue esperando respuesta sobre ese tema y los millones que tienen las FARC.
- Y como “novedad especial”, solo se necesita que los actuales congresistas (mermelados, vendidos, borrachos y corruptos) aprueben todo esto de un pupitrazo.
Conclusión: Timochico sabe lo que quiere, y el mermelador Santos está dispuesto a dárselo todo.
Cada vez veo que el motoserrador mayor tenía la razón. Y sigo notando cómo los que eligieron al mentiroso permanecen en completo silencio. Al final, una mentira repetida por mil imbéciles se convierte en verdad; Lenin lo tenía claro, y Santos lo sabía al momento de las elecciones.
Nota: Por cierto, ¿será casualidad que algunos congresistas estén comprando casitas en Panamá y Estados Unidos? Parece que estas ratas se están preparando para la hundida de la motonave Colombia.